Los bolígrafos de la NASA y los lápices de los rusos

Una de las fuentes inagotables de leyendas urbanas y falsedades es la NASA. No es que ellos se dediquen a producirlas, sino que alrededor de todo lo que hacen aparece información recortada, inexacta o directamente manipulada por un ejército infinito de liantes semi-profesionales que se dedican a ir difundiendo bulos. Uno de ellos, que es muy cortito (estamos en verano y hace mucho calor), pero que casi seguro el 93,1% de nuestros oyentes ha escuchado…

“Los americanos son así. Cuando la NASA inició el lanzamiento de astronautas, se dieron cuenta enseguida de que los bolígrafos no funcionarían con gravedad cero. Para resolver este problema, la NASA contrató a Accenture (la actual Andersen Consulting). Una década y 12.000 millones de dólares después, la NASA disponía de un innovador bolígrafo que escribía con gravedad cero, hacia arriba y hacia abajo, bajo el agua, en prácticamente cualquier superficie, incluido el cristal, y en un rango de temperatura de desde por debajo de cero hasta más de 300ºC . Los rusos utilizaron un lápiz”.

Los bolígrafos de la NASA y los lápices de los rusos

Bien, la historia parece falsa… Y lo es. Pero curiosamente la mayoría de los hechos son ciertos en alguna manera. El diablo está en los detalles, que dicen los americanos.

La historia real viene a ser que los americanos, igual que los rusos, utilizaban lápices, pero no estaban demasiado contentos con el resultado, porque son inflamables y dejan un residuo de grafito que en gravedad cero no mola demasiado. Solían usar portaminas mecánicos. Los rusos, por lo visto, estaban empleando lápices más grasos sobre pizarras de plástico, que reducían el residuo. La NASA estaba invirtiendo en desarrollar un bolígrafo pero los costes se disparaban, así que mantenían el uso de los lápices y en 1965, desde fuera de la NASA, Paul Fisher desarrolló un bolígrafo que podía funcionar en gravedad cero, está presurizado y puede trabajar desde -30ºC a 250ºC, y lleva tinta tixotrópica (en plan rollo ketchup, que si lo pones boca abajo no fluye solo, pero si lo mueves, sí). La NASA lo sometió a infinidad de pruebas y en 1967 hizo un pedido de unos 400 bolígrafos a 6 dólares la unidad. Si eran 6 dólares de 1967 (como referencia, un Big Mac costaba entonces 45 centavos y hoy, de media, cuesta 2,75U$), tampoco era una barbaridad, pero con la información de la red hay un poco de conflicto sobre el coste real de los bolígrafos, que algunas fuentes cuentan como aún más económicos. Los rusos acabaron comprando algunas unidades, que incluso se utilizaron en la MIR.

La NASA no invirtió 12.000 millones de dólares, no encargó nada a Accenture, que tampoco existía, y el hecho de que sí utilizasen un lápiz solo quiere decir que se empleaba la tecnología adecuada que tenían a mano, pero eso no era particularmente bueno ni práctico.

El sobrecoste original de los bolígrafos, que sí llegaron a costar -no estos, sino otros, más bien rotuladores de fibra- unos 130 dólares la unidad, vino porque se adaptaron para poder fijarse en partes de la nave espacial y pudiesen ser empleados por alguien que llevase un traje espacial, que tiene unos guantes algo incómodos.

Ahora bien, algunos astronautas rusos dicen haber empleado siempre bolígrafos en el espacio, según comentó Pedro Duque que hizo sus propios experimentos con bolis estrictamente normales en la ESS y que funcionaban perfectamente. Para que digamos que los españoles no investigan. http://www.esa.int/esl/Our_Activities/Human_Spaceflight/Cervantes_Mission_Spanish/Pedro_Duque_escribe_desde_el_espacio

Captura Nasa Johnson, en Flickr. Alexander Gerst, astronauta europeo, escribe una nota mientras Alexander Skvortsov, cosmonauta ruso, mira. Ojo al montón de bolis.

 

Con todo, sí existen pruebas de que los rusos emplearon alguna vez lápices en el espacio, aunque solo fuese para hacer dibujitos. Hemos puesto un link en la web a la primera pintura realizada en el espacio. http://www.theguardian.com/science/2015/aug/31/first-picture-space-cosmonauts-science-museum-alexei-leonov

Pero no se vayan todavía: aún hay más. La contribución clave a la leyenda urbana es que una mente preclara del marketing se dedicó a envasar lápices normales (rojos, eso sí) diciendo que eran los auténticos lápices que los rusos empleaban en el espacio, con una nave espacial pintada en el cartón y todo. Un link aquí.

Y una cosa más que no contamos en la radio: en The West Wing s03e21, en el episodio 21º de la tercera temporada llamado We Killed Yamamoto, Leo McGarry cuenta esta leyenda urbana dándola como buena. Esto es un error porque precisamente Leo McGarry sí es una persona extremadamente informada de cada detalle que sucede con la NASA.

Fuentes con la historia falsa sin desmentir: http://el-blog-de-jesus-garcia.blogspot.com.es/2010/12/cuando-la-nasa-inicio-el-lanzamiento-de.html

https://rsamadrid.wordpress.com/2013/12/02/sobre-la-nasa-los-boligrafos-y-campos-de-nabos-en-la-luna/

Esta historia la contamos en La noche es para mí, con Miguel Coll, en M80, el 3 de septiembre de 2015. Y debe haber un post en iTunes donde sale…

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