La historia de Alfred Nobel

Se cuentan más habladurías de uno cuanto más famoso es. En mi caso, que mi fama se extiende a una buena parte del edificio en el que vivo, se habla de mi elegante forma de vestir y de mis extraños horarios. Si en vez de eso, hubiese unos premios de ciencia internacional con mi nombre, quién sabe lo que contarían. Hoy presentamos las negativas efemérides del deceso de Alfred Nobel y de las infidelidades hacia este individuo.

Lo primero que cabe preguntarse cuando vemos un título tan largo es ¿por qué? La respuesta es sencilla. Si traemos una leyenda doble, merece un título doble. Por lo menos.

La historia de Alfred Nobel


“No hay Premio Nobel de Matemáticas porque la mujer de Nobel le estaba engañando con un matemático”.

El factor clave para desterrar esta historia es bastante evidente: Nobel jamás se casó, así que resulta evidente la falsedad de la afirmación. En realidad, Nobel tuvo -que se sepa hoy en día- tres amantes o parecido. La primera, una rusa llamada Alexandra, que rehusó su propuesta de matrimonio. En 1876 estuvo una temporada con la Condesa Bertha Kinsky, que se convirtió en su secretaria, pero esta le abandonó por su amante posterior, el Barón Arthur Gundaccar von Suttner, si bien siguieron escribiéndose durante años y parece que ella fue una influencia notable para la creación de los premios Nobel. Por último, tuvo una larga relación con Sophie Hess que duró unos 18 años.

Alfred Nobel
Alfred Nobel, https://www.flickr.com/photos/internetarchivebookimages/14577644169/

Nobel inventó la dinamita, la gelignita y la balistita, que es un combustible sólido para cohetes. También inventó el contrachapado moderno y empezó a desarrollar los torpedos. Se convirtió en el propietario de Bofors, una compañía que se dedicaba a hacer hierro y acero tradicionalmente, pero que focalizó en convertirse en un proveedor de estos y otros materiales para armamento. Es una de las empresas más antiguas del mundo, con 350 años de historia. Pero no era lo único: desarrolló coronas de diamante para perforaciones, taladro neumático y otras invenciones para obras de infraestructura y otros campos: al morir contaba con 355 patentes de inventas.

La segunda leyenda, o inexactitud, porque de este otro hecho hay menos claridad, es que el hecho que desató la creación de los premios fue la muerte de su hermano Ludvig en 1888. Bueno, en realidad, no su muerte, sino el obituario que se publicó en un diario francés. Este diario pensó que el finado era Alfred, titulaba “El mercader de la muerte ha fallecido”, y se despachaba a gusto con el sueco, diciendo que “el Doctor Alfred Nobel, que se hizo rico mediante encontrar formas de matar gente más rápido que nunca, murió ayer”. Nobel, al leer esto, se habría preocupado bastante de cómo sería recordado y en 1895 firmó su último testamento, donde dejaba el 94% de su patrimonio, más de millón y medio de libras esterlinas – que sería el equivalente a unos 337 millones de euros actuales- a la financiación de los premios que llevaban su nombre.

Nobel estableció la creación de los premios para Física, Química, Medicina, Literatura y el Premio Nobel de la Paz, pero el de Economía, que concede el Banco de Suecia en memoria de Nobel, hay veces que no es considerado como un premio legítimo.

El hecho es que se dice en la web de la organización de los premios Nobel que la correspondencia que mantuvo con la activista por la paz Bertha Von Suttner (que había sido su amante) y que ya hemos comentado antes, son el germen de los premios, mientras que se obvia la historia del periódico francés.¿Por qué? Un empresario de un éxito como Nobel se había generado una serie de enemigos, especialmente al venderle la patente de la balistita a los italianos, antes de que un francés llamado Paul Vielle consiguiese desarrollar un producto similar. A Nobel la jugada le salió económicamente muy bien, pero la pataleta de los franceses tuvo como consecuencia una campaña de difamación que dejaba a Nobel por los suelos: lo acusaron de espionaje y traición y le retiraron permisos para experimentar en Francia. Así que se fue a San Remo, en Italia, donde tenía otro laboratorio donde desarrolló precursores los barnices que tenemos hoy en día o la boquilla para la fabricación de seda artificial.

Con esto, y aprovechando que es San Nicéforo de Constantinopla -obispo del s.VII- para felicitar a todos los que comparten dicho nombre, me despido hasta la semana que viene.

http://io9.gizmodo.com/10-urban-legends-about-famous-scientists-834494406

http://www.youbioit.com/es/article/biography/19775/biografia-de-alfred-nobel

http://nobelpeaceprize.org/en_GB/alfred-nobel/