El fascinante fenómeno del faxlore: leyendas urbanas transmitidas por fax

Faxlore

Encontrar leyendas urbanas semanalmente es un poco más complicado de lo que parece. Hay un montón de clásicos, pero en muchas ocasiones se trata de cuestiones que no han llegado a España, o que son demasiado conocidas. Hoy hablaremos de algo que tiene que ver con leyendas urbanas, con transmisión de leyendas y que es un término que no se suele usar en castellano: faxlore. O más en nuestra línea tradicional: el fascinante informe del fenómeno del faxlore.

Lo dicho. Hoy no hablaremos exactamente de una leyenda urbana, sino de un método de transmisión de las mismas. El xeroxlore, o faxlore. Antes de la existencia de una red informática global existía la costumbre de tener máquinas de fax en casi todas las oficinas: los faxes estaban conectados a la red telefónica y permitían transmitir texto e imágenes (estas últimas, en general de una manera entre deficiente y horripilante), lo que ya suponía un avance con respecto al teléfono.

Así que había gente que sentía la necesidad imperiosa de contar sus mier- sus historias, y enviárselas a otra persona, o grupo de personas que verían salir un papel por la máquina de fax esperando, en general, un presupuesto o una factura, pero recibiendo una historia, noticia o aviso que verificaba la máquina. O eso creían algunos, así que lo reenviaban a quien pudiera interesar. Temas tan fascinantes como “por qué un pepino es mejor que un hombre” o “por qué una cerveza es mejor que una mujer”, amén de leyendas urbanas y la clásica broma de “el cielo es el lugar en el que la policía es británica, las amantes francesas, los mecánicos alemanes, los chefs italianos y todo está organizado por los suizos. El infierno es el lugar en el que los policías son alemanes, los amantes suizos, los mecánicos franceses, los chefs británicos y todo está organizado por los italianos”.

Faxlore: una aproximación a la praxis

El procedimiento en general no tenía un misterio especial, es solo que requería de un mayor esfuerzo en difundir las idioteces. En general, también se difundía, por supuesto, información cierta, pero esto no cae en nuestra categoría de faxlore, que es un tipo específico, en realidad, de folclore (que es el conjunto de saber popular, incluyendo tradiciones, historias, cultura y, lo dicho, idioteces).

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Probablemente la leyenda urbana que más se difundió fue la de la calcamonía de la estrella azul (el logotipo de los Cowboys de Dallas) empapada en LSD, ácido lisérgico, un potente alucinógeno, que se distribuía en determinadas zonas para conseguir que los niños se volviesen adictos a esta sustancia. Probablemente el origen de la leyenda venía porque el LSD se vendía colocado sobre papel secante con dibujos. El papel secante se usaba para la tinta habitualmente, de ahí que se usase como material escolar. De una cosa a otra…

Aquí, aparte de en las oficinas, yo recuerdo que el sitio idóneo en el que se podía encontrar ese tipo de material era en las fotocopiadoras de barrio, donde con frecuencia el propietario nos ofrecía una selección del material más relevante según su criterio.

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En cualquier caso, el decaer del fax fue el preludio del faxlore. Según se usaban menos los faxes y más los ordenadores, serían los mensajes a través de correo electrónico, la web y posteriormente Facebook y Whatsapp los encargados de transmitir la roña. Con todo, y aunque fuese un concepto menos popular, el gobierno americano – también se hizo en otros lugares como Canadá o Hong Kong -legisló para intentar parar los mensajes basura que se transmitían por fax, ayudando, probablemente, a motivar a los generadores de contenidos basura a migrar hacia plataformas tecnológicas más avanzadas. El incentivo era grande, porque si bien la multa era de hasta 500 dólares por fax, la FCC (la Comisión Federal de Comunicaciones) podía imponer penas adicionales de hasta 11.000 dólares extra.

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No sabemos lo que nos deparará el futuro, pero podemos decir que las idioteces son resistentes al cambio de medio. No hay duda.

Sí sabemos, sin embargo, que es 23 de junio. Santa Ediltrudis de Eli, San Bilio de Dariórigo, San Zenón y San Zenas de Filadelfia y San Walhero (En Onhaye, en Hainaut, Bélgica, san Walhero, presbítero, que, mientras atravesaba el río Mosa, un presbítero al que recriminaba sus costumbres lo mató a golpes de remo).

https://en.wikipedia.org/wiki/Faxlore

https://en.wikipedia.org/wiki/Junk_fax

https://www.fcc.gov/consumers/guides/stop-unwanted-calls-texts-and-faxes

https://books.google.es/books?id=yjRzAwAAQBAJ&pg=PA807&lpg=PA807&dq=xeroxlore&source=bl&ots=HkS0OlMahz&sig=LYOm9BIiyZ9Jt2mRqqOxJzYn5yY&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwituOj40L3NAhWI6xQKHUkqCckQ6AEIUzAM#v=onepage&q=xeroxlore&f=false

Esta historia la contamos el 23 de junio de 2016 en La Noche es para Mí, con Miguel Coll, en M80 Radio.